A little part of my world

18.9.10

Atributos


El universo contiene "cosas", por ejemplo "yo", "Londres", "rosas", "libros ingleses
viejos", "la carta que recibí ayer". Las "cosas" tienen "atributos", por ejemplo
"grande", "verde", "viejo", "que recibí ayer". Pero los atributos no pueden andar
solos, no pueden existir si no es en las cosas. Una cosa puede poseer muchos
atributos; y un atributo puede pertenecer a muchas cosas. Así la cosa "una rosa"
puede poseer los atributos "roja", "perfumada", "abierta", etc; y el atributo
"rojo"puede pertenecer a las cosas "una rosa", "un ladrillo", "una cinta", etc.

(Lewis Carroll 1988)

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Muchos de los atributos que ligamos a lo que nos rodea son puramente subjetivos.
Aunque claramente otros sean facticidades.

Solemos constantemente añadirle adjetivos a lo que descubrimos, sea en las sorpresas
del día a día o en aquello que solemos frecuentar.
Es simplemente inevitable.
De esa manera es como inconcientemente buscamos desenmascarar la realidad de cada
objeto o ser que en nuestras vidas se entrometa.
Con lo material, claro está, que se vuelve un trabajo más sencillo. Con palparlo,
verlo, en algunos casos saborearlo, oírlo, basta para hacerse una idea certera de
sus características.
¿Pero con los seres? ¿Lo viviente?
¿Cómo cruzar con evaluaciones la barrera de los pensamientos ajenos para internarse
por completo en su existencia y así conocer cada uno de sus atributos?
Es imposible.
Queda entonces solo contentarse con las percepciones parciales, con las elaboraciones
mentales que hemos de hacer al tener ante nosotros a quien vive.
Y fiarnos de eso, una desición que tomaremos, finalmente, siempre, porque así es
como se nos han de presentar los hechos en nuestra realidad.
Adorar, menospreciar, precisar o prescindir de quienes por sus accionares conquistan
nuestro espíritu o le ahuyentan, pero sobre los cuales jamás sabremos la totalidad,
debido a la inaccesibilidad de sus cavilaciones.
Mediatizadas nuestras determinaciones por el velo tan propio que cubre nuestra
visión, volviéndola de diferente enfoque, con una perspectiva irreproducible…
Nuestro mismo ser.
Tan o más insondable que los demás.

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