No puedo interceder, esgrime mi realidad, sucumbe mi voluntad.
Déjame, déjame fallar, permutar esta verdad, que poco a poco consume, así como embelesa.
Toma mis manos, siéntelas, percíbelas, estoy ahora frente a ti, te veo, te siento con únicamente respirar en la cercanía ¿Qué piensas? ¿Qué dices de transformar el silencio en melodía?
Realmente será que te escucho… ¿O simplemente imagino las olas chocar contra la calma playa que en mi mente poco a poco se transforma en un sitio de tormentas de arena y lluvia?
No sé, no entiendo, no quiero entender. ¿Es que tú en tal caso no podrás comprender?
Vigilia que limita con el sueño, adormilada en el regazo del tiempo.
¿Qué busco sacar de todo esto?
Intento notar las implicancias, fugaces, bellas, de las palabras que en mi mente nacen y mueren cual brillante danza sincrónica, en mi vida, en mi ser.
Y me tiento a responder sobre aquello en lo que soy ignorante y letrada.
Aquello que veo con pupilas de la que alguna vez fue una tonta enamorada, y ahora en la seriedad del desencanto está encarcelada, pero dispuesta a escapar.
Sin hacerlo, de todos modos, por sumirme en la duda, por buscar otra verdad.
Desespero en las incógnitas, sobrellevo lo resuelto, pero realmente ¿Qué creo?
Si supiera asentiría, y a tus peticiones accedería.
¡Pero es que no hay rumbo fijo en esta agonía! ¡En la dulzura de la lánguida algarabía!
No son excusas, ni escapatorias bien logradas.
No, es únicamente aire. Que respiro, que me llena, y poco a poco se escapa y vacía mis pulmones y mi cambiante ser en forma de oraciones sin sentido aparente.
Y es que tus ojos buscan acceder en lo impenetrable.
El matiz claro de tus iris buscar en lo insondable.
Y no, es difícil, si ni aún yo soy capaz.
Si la materia, la energía, el espíritu, el alma e innumerables esencias se entremezclan en esta creación tan única como, ciertamente, compleja.
Tanto como sencilla en ciertos aspectos.
Tan voluble, tan sensible como pétrea e inquebrantable.
Ya no sé ¡No sé ni qué digo! ¡No sé ni qué pienso! ¡Esto no tiene sentido! ¡No es más que un invento!
Hace tanto que no escribo, hace tanto que no te percibo.
Buenas tardes inspiración, ahora, con esta introducción ¿Darás paso a tu condición?
No, no me mires así, sé que no depende de mí, sé que hablar con las musas es abstracto.
Pero ya ves, es como si se tratara de un pacto.
Yo aquí hablando contigo, filosofando, conduciéndome con un camino supuestamente a la nada.
Y entonces por la inspiración siendo rosada.
Y agradeciéndote, por haber sido mi primer pensamiento en un texto que no me llenará de contento, pero sí, quizá, conduzca a otros que lo harán.
Gracias, ser anónimo sin rostro en el que confluyen quienes quiero y aprecio, como si se tratara de todos y ninguno a su vez.
Gracias por dejarme dedicarte un escrito una más, de estas tantas “una y otra vez”.
lindo :D
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